Cuando Dios entregó a Moisés los Diez Mandamientos en el monte Sinaí, todos los narradores pasaron por alto la escena que ocurría dos montes más hacia el Norte. Otro Dios, el tatatatatatatatarabuelo de Paul Auster, concedía a un escritor los diez mandamientos que le ayudarían en su día a día.
Afortunadamente, he movido varios hilos y he conseguido una copia de aquellos diez puntos que te servirán para redondear tus relatos cortos, novellas, novelettes o novelas clásicas.
1. Leerás sobre todas las cosas
Sobre el escritorio, sobre las rodillas, sobre un banco en el parque, sobre la cama… Lo importante es leer para nutrirte de estímulos que mejoren tu capacidad como escritor.
Yo te aconsejaría que leyeras a los clásicos. Que sí, que está muy bien la última novela de Juan Gómez Jurado (en el tiempo que escribo este artículo lo mismo ha publicado otra más; o dos), pero Flaubert, Kafka, Calvino o Baroja te enseñarán mucho más sobre las estructuras narrativas.
2. Mantendrás una rutina a la hora de escribir
Llevo más de 30 años escribiendo y hablo con conocimiento de causa: he probado a escribir cuando siento la llamada de la selva y a forzarme a escribir y no hay color. Si estableces un horario para sentarte frente al escritorio, la producción literaria es bastante mayor que si esperas a que te apetezca o a que te llegue la inspiración (que, como ya escribí, es una trola muy gorda).
Media hora al día. O una hora. Tampoco hace falta más. Y si la vida te arrastra hacia mares improductivos, echa un ojo a mi artículo 8 trucos para escribir relatos con una familia, un perro y un trabajo absorbente.
3. No procrastinarás
Uno de los mejores chistes/reflexiones de Quino para su obra Mafalda lo interpretaba Felipe. Frente a un cartel en el que rezaba: «No dejes para mañana lo que puedas hacer hoy», el niño pronunciaba: «¡Desde mañana mismo empiezo!».
NO.
En cuanto termines de leer este artículo, ponte a escribir o te arrepentirás… mañana.
Te aconsejo que te sumerjas en tu obra a primera hora del día, antes de que encuentres mil motivos para usar como excusa o que el cansancio te venza.

4. Mostrarás en lugar de contar
Si quieres ser un gran escritor, una de las tácticas que deberías utilizar es la de permitir que el lector piense. No hace falta que se lo des todo mascado. No insultes a su inteligencia.
Con la técnica de mostrar en lugar de contar, también lograrás que el lector se meta aún más en la historia, que participe de ella.
Imagínate una escena en la que Susana quiere dejar a Eulogio. Puede optar por un diálogo directo para contarnos lo que sucede:
—Eulogio, se acabó. Me largo. No aguanto más tus ausencias ni tus malos modos.
—Cierra la puerta cuando salgas.
—Eres cruel hasta límites insospechados. No te conozco, Eulogio. No te conozco.
—Sí me conoces. Por eso te vas.
Susana coge la maleta y un abrigo que llevaban preparados desde esa misma mañana, pero en realidad desde hacía meses, y se marcha.
O puede optar por mostrar y que el lector aporte su imaginación a la narración:
Eulogio llega a casa y se encuentra a Susana en el sofá del salón, mirando hacia el suelo. Eleva los ojos hasta cruzarlos con los de él y enseguida los aparta. Eulogio coge una cerveza de la nevera y se sienta junto a ella, que se levanta a cámara lenta y camina hacia su habitación.
Eulogio se bebe la cerveza de un trago y lidia con un golpe de tos. Mientras busca en el televisor una imagen que le acune el sueño, Susana asoma por el pasillo con una maleta y el gesto torcido. Él gira la cabeza y se levanta. Se dirige hacia ella con decisión. Al pasar a su lado, ni la mira. Abre el frigorífico y coge un par de cervezas. Susana arrastra la maleta de ruedas y se larga dando un portazo.
5. Apuntarás en una libreta o sucedáneos cualquier idea antes de que la olvides
Uy, qué idea tan chula. En cuanto llegue a casa la anoto…
MAL.
En casa la idea ya es un eco lejano y tú te das golpes contra la pared porque lo mismo era el comienzo de tu fulgurante carrera de escritor de betsellers.
Lleva una libreta siempre encima. O usa las notas del móvil. En este artículo te cuento más trucos para aprovechar la tecnología y que no se te escape nada.

6. Corregirás dejando reposar un tiempo el relato
Has terminado el relato e inmediatamente te lanzas a revisar el primer párrafo.
FATAL.
Levántate, bebe un vaso de agua, coge el abrigo, date una vuelta y no regreses al escritorio hasta una semana después. O dos.
Necesitas ver el texto con otros ojos. Que te extrañes de una frase y no la reconozcas como tuya. Y lee el borrador en voz alta. Descubrirás cacofonías, rimas e incongruencias que en tu mente no existían.
Si necesitas más consejos para corregir, mira: Corregir textos (y un truco para hacerlo mejor).
7. Usarás lectores cero
Ojo: no quiero decir ningún lector (perdón). Me refiero a esos lectores que pondrán a parir tu texto. O al menos harán una lectura crítica. No vale que se lo lea tu madre. Ya sabes cuál será la respuesta: «Hijo mío, eres un genio de las letras».
Existen lectores cero profesionales, pero si tienes entre tu círculo de conocidos acceso a lectores de esos de raza, que devoran medio centenar de libros en un año, ofréceles tu manuscrito a cambio de tu gratitud eterna o de una cena en tu casa (todo depende de lo bien que cocines).
8. Amarás el marketing a pesar del curro que da
Yo amodio el marketing. Va por días. Tráfico orgánico, blog, Google Analytics, Facebook Ads, DAFO, público objetivo, Funnel, newsletter, redes sociales… Son palabrejas que deberían sonarte.
Y si consigues cartearte con ellas y añadir perfume a tus letras, mucho mejor.
Por cierto, Ana González Duque es la que más sabe de marketing online aplicado a escritores.

9. Autopublicarás tus novelas o libros de relatos de forma profesional
Un favor: no hagas chapuzas. Has dedicado media vida a escribir esa novela o ese libro de relatos. Te has dejado el alma, el cerebro y hasta las ojeras. Has parido un ser magnífico. No la fastidies ahora publicando cualquier cosa.
Si consigues que una editorial acepte tu obra, genial. Si no, tienes la opción de autopublicarla. Pero hazlo bien. En estos artículos te doy las claves:
Cómo publicar un libro de relatos con éxito
Autopublicar un libro: 10+5 motivos que justifican la decisión
El sueño de ser escritor (y publicar). Diez claves para conseguirlo
Además, puedes contratar mis servicios para maquetar tu libro profesionalmente. A mis 30 años de experiencia haciéndolo, mi faceta como escritor le añade un plus de valor a la hora de cuidar tu obra.
10. Te llamarás a ti mismo escritor
Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. Soy escritor. SOY ESCRITOR.
Y que nadie te diga lo contrario.
Bueno, aún “peco” en alguna cosa, pero cada vez menos 🙂
Gran recopilación 😉
!Pues a confesarse!
Me voy a guardar esta entrada, no se como, para aprenderla de memoria 😀
Sergio, te propongo una idea: haz un pantallazo con el móvil
Saludos.
No soy tu madre, pero puedo decirte que eres un genio de las letras y me divierte mucho leerte! Me ha pasado que dejo un texto, luego vuelvo a él después de un tiempo y a veces no me reconozco ja ja. También me llevo sorpresas gratas y de las otras… Gracias David por estos mandamientos. Los podré en práctica como que hay un Dios.
Muchas gracias, Adriana.
Y que dios nos ayude a ganarnos decentemente la vida como escritores.
Estaría teniendo problemas con los puntos 7 y 8, jajaja. Sin embargo, para salvarme a mí misma, comienzo ya mismo un curso de Marketing donde estas palabras que ya me suenan pasen a ser esclavas mías (no yo de ellas).
El punto 7 prometo inventarlos (o pagarles) porque cocino para el culo. Habrá mejores opciones, sin dudas.
Gracias por tus mandamientos 🙂
Gracias a ti por leerlos, Poli.
Saludos.
Muy buenos mandamientos! Dispuesta a seguirlos! Gracias!
¡Genial, Mahandeep!
Mil gracias por los consejos, David, me los grabaré a fuego en la frente para que no se me olviden. Me encantan tus publicaciones.
Espero que no te duela, Icíar.
Qué grandes verdades! A ver si me pongo las pilas y las cumplo todas, porque ahora mismo voy un poco regular, jaja!
Un saludo.
Pues ya sabes. Las de Duracell siempre duran más.
Saludos.
Tengo mucho qué aprender. Voy a darme un paseo por los enlaces que has dejado. Gracias por eso.
A ti Monica.